Cuento: El gusanito y la lengua

Érase una vez, en un bosque encantado, un pequeño gusanito llamado Teobaldo. Teobaldo era un gusano curioso y juguetón que paseaba cada día por los rincones más recónditos del bosque en busca de aventuras. Un día, mientras exploraba cerca de un arroyo cristalino, se encontró con una lengua que parecía tener vida propia. Intrigado, el gusanito se acercó lentamente, preguntándose qué misterios y sorpresas le depararían aquel extraño encuentro.

El Gusanito Curioso

La lengua, de un color rosado brillante, se movía con gracia y agilidad, como si estuviera intentando comunicarse con Teobaldo de alguna manera. El gusanito, sin perder la compostura, decidió entablar una conversación con aquella misteriosa lengua. ¡Qué sorpresa la suya al descubrir que la lengua pertenecía a un camaleón travieso y parlanchín que había perdido su rumbo en el bosque! El camaleón, llamado Matías, estaba encantado de conocer a alguien tan peculiar como Teobaldo y pronto se volvieron inseparables.