En un pequeño pueblo de Nazaret, María y José emprendieron un viaje trascendental hacia Belén. Esta travesía, llena de esperanza y fe, se ha convertido en una historia icónica que ha perdurado a lo largo de los siglos. María, una joven humilde y pura, recibió la visita de un ángel que le anunció que concebiría al hijo de Dios.
El valiente José, su esposo, acogió a María y juntos se embarcaron en un viaje lleno de incertidumbre pero también de promesas divinas. El viaje a Belén no sería fácil, pero estaban dispuestos a cumplir con el plan celestial. Las estrellas brillaban en el cielo, iluminando su camino y guiándolos hacia el lugar donde nacería el Salvador.
El nacimiento en Belén: un evento celestial
Al llegar a Belén, María y José se encontraron con un pueblo abarrotado debido al censo ordenado por el emperador romano. A pesar de las dificultades, no perdieron la fe ni la confianza en que todo estaba en manos de Dios. Buscaron refugio en un humilde establo, donde finalmente, en medio de pesebres y animales, María dio a luz al niño Jesús, el Mesías esperado.