La sobrepoblación y el consumo desenfrenado son dos problemas interconectados que afectan el equilibrio de nuestro planeta. A medida que la población mundial continúa creciendo a un ritmo vertiginoso, los recursos naturales se agotan a un ritmo alarmante. Este desequilibrio entre la cantidad de personas en el mundo y la capacidad de la Tierra para sostener ese nivel de consumo está generando graves repercusiones ambientales, sociales y económicas.
